Cómo afecta el asperger al aprendizaje en la escuela
Según lo que nos cuentan las familias, la mayoría de los niños con síndrome de Asperger pueden tener éxito en la escuela siempre que reciban un apoyo suficiente y adecuado. Sin embargo, es importante que no sólo los profesores, ayudantes y especialistas que trabajan directamente con el niño, sino también todos los miembros de la jerarquía de la escuela y de la educación especial, estén dispuestos a asumir el reto de aprender sobre un tipo de alumno totalmente nuevo, uno para el que las técnicas educativas conocidas pueden no funcionar en absoluto. Esto requiere cierta humildad y mucho tiempo y trabajo.
Una vez aceptado el reto, todo el equipo debe colaborar estrechamente para crear un entorno en el que el alumno pueda tener éxito. El equipo también debe ser proactivo en lugar de reactivo. Es decir, todos deben trabajar juntos por adelantado para desarrollar un plan educativo que evite que se produzcan crisis, y luego llevar a cabo el plan de forma fiable en todos sus detalles. También deben estar dispuestos a aprender de la experiencia directa lo que funciona y lo que no funciona con este alumno en particular, y perfeccionar el plan original en consecuencia. Deben encontrar la manera de aprovechar los puntos fuertes del alumno y compensar sus puntos débiles.
Intervenciones educativas para alumnos con autismo
El síndrome de Asperger, una forma de trastorno del espectro autista, es un trastorno del desarrollo. Los jóvenes con síndrome de Asperger tienen dificultades para relacionarse socialmente con los demás y sus patrones de comportamiento y pensamiento pueden ser rígidos y repetitivos.
El síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo. Los jóvenes con síndrome de Asperger tienen dificultades para relacionarse socialmente con los demás y su comportamiento y patrones de pensamiento pueden ser rígidos y repetitivos.
Por lo general, los niños y adolescentes con síndrome de Asperger pueden hablar con los demás y pueden rendir bastante bien en sus trabajos escolares. Sin embargo, les cuesta entender las situaciones sociales y las formas sutiles de comunicación, como el lenguaje corporal, el humor y el sarcasmo. También pueden pensar y hablar mucho sobre un solo tema o interés, o sólo quieren hacer una pequeña gama de actividades. Estos intereses pueden llegar a ser obsesivos e interferir en la vida cotidiana, en lugar de dar al niño una salida social o recreativa saludable.
El nombre del síndrome de Asperger ha cambiado oficialmente, pero muchos siguen utilizando el término síndrome de Asperger cuando hablan de su condición. Los síntomas del Síndrome de Asperger se incluyen ahora en una condición llamada Trastorno del Espectro Autista (TEA). El TEA es ahora el nombre utilizado para una amplia gama de trastornos similares al autismo. Algunos proveedores pueden seguir utilizando el término Síndrome de Asperger, pero otros dirán «TEA – sin discapacidad intelectual o del lenguaje». Estos dos síndromes son, en su mayor parte, lo mismo.
Cómo aprenden los asperger
El síndrome de Asperger es el antiguo nombre de una discapacidad del desarrollo que afecta a la forma en que las personas se comportan, ven y entienden el mundo y se relacionan con los demás. Las personas con esta discapacidad del desarrollo pueden tener intereses especiales, comportamientos repetitivos y reaccionar de forma insuficiente o exagerada a los estímulos sensoriales.
Desde 2013, las personas a las que antes se les diagnosticaba el síndrome de Asperger reciben el diagnóstico de una forma de alto funcionamiento del trastorno del espectro autista. Ya no existe un diagnóstico separado para el síndrome de Asperger, aunque algunas personas pueden preferir seguir utilizando este término.
Se considera que las personas con síndrome de Asperger, ahora diagnosticadas como una forma de alto funcionamiento del trastorno del espectro autista, tienen buenas habilidades cognitivas y lingüísticas. Sin embargo, siguen teniendo dificultades de comunicación e interacción social y muestran comportamientos repetitivos.
Es importante entender que cada persona con síndrome de Asperger -y con el trastorno del espectro autista en general- es diferente, por lo que ahora se dice que las personas con esta afección pertenecen a un espectro.
Gritar a un niño con asperger
La mayoría de los niños son esponjas para la información nueva, aprenden rápidamente sobre todo lo que les rodea y lo incorporan a sus vidas, a menudo a través del juego imaginativo. Para muchos niños, las situaciones sociales no son una excepción a esta regla; pueden moverse con facilidad entre las situaciones de sus compañeros, cambiando sus comportamientos para adaptarse a los cambiantes entornos que les rodean. A través de la experiencia y la observación, aprenden a captar las numerosas señales sutiles y las «reglas tácitas» que rigen la interacción social.
Para un niño con síndrome de Asperger, el mundo social es un lugar muy diferente; su cerebro no registra fácilmente esta información interpersonal vital, especialmente las formas más sutiles de la misma, como el lenguaje corporal y el tono de voz. Muchos niños con síndrome de Asperger interpretan mal este tipo de información o la pasan por alto. Por esta razón, muchos niños con síndrome de Asperger parecen socialmente torpes y pueden no comportarse de forma que los demás consideren apropiada. Enseñar habilidades sociales a los niños con síndrome de Asperger es absolutamente esencial y les ayudará a desarrollar un comportamiento adecuado en situaciones sociales.