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Que hago si mi hijo no quiere estudiar

Mi hijo de 5 años no quiere aprender

Sirva de modelo: Habla de tus propios fracasos y éxitos con tus hijos, mostrándoles que tú también estás involucrado en el proceso de aprendizaje. Si te regañas por los fracasos, ellos también lo harán. Sin embargo, si te ven ser valiente y aprender de tus errores para ser mejor la próxima vez, ellos también lo harán.  Valora los objetivos por encima de las notasUna forma sencilla de invertir en el proceso es establecer objetivos, tanto a nivel individual como familiar. Intenta hacerlo al comienzo de un nuevo curso escolar, a primeros de mes o al principio de una nueva temporada.    Mantén la discusión ligera y sin presiones. Este proceso no consiste en sacar mejores notas, sino en apoyar el aprendizaje en familia.

Todo el mundo (sí, eso significa también los padres) establece tres objetivos a corto plazo, alcanzables y orientados a tareas y mejoras que estén bajo su control. Por ejemplo, “Voy a sacar todos los sobresalientes este semestre” es demasiado amplio y difícil de controlar. En su lugar, prueba con “Voy a pedir ayuda en matemáticas más a menudo”, “Voy a planificar una sesión de ayuda extra a la semana” o “Voy a practicar mis multiplicaciones tres veces más este mes”.

Mi hijo de 3 años no quiere aprender

Para muchos padres, conseguir que sus hijos hagan los deberes es una lucha nocturna. Algunos niños se niegan a hacer los deberes. Otros afirman que no tienen deberes, pero luego sale el boletín de notas y te das cuenta de que no los han hecho.

Entonces, ¿por qué es tan difícil hacer los deberes? En mi opinión, una de las principales razones es que a los niños les cuesta concentrarse en casa. Míralo de esta manera: cuando tu hijo está en la escuela, está en un aula donde no hay muchas distracciones. El aprendizaje está estructurado y organizado, y todos los alumnos se centran en lo mismo.

Pero cuando su hijo llega a casa, su cerebro cambia al modo “tiempo libre”. En su mente, el hogar es un lugar para relajarse, comer un bocadillo, escuchar música y jugar a los videojuegos. Los niños simplemente no ven la casa como el lugar para hacer las tareas escolares.

Si las luchas por los deberes que experimentan forman parte de un patrón más amplio de comportamiento de actuación, entonces el niño se está resistiendo para conseguir poder sobre ti. Pretenden hacer lo que quieren cuando quieren hacerlo, y los deberes se convierten en otro campo de batalla. Y, como en cualquier otro campo de batalla, los padres pueden utilizar tácticas que tengan éxito o tácticas que fracasen.

No hay motivación para estudiar

Mi hijo no está interesado en estudiar”. Esa es la peor pesadilla de cualquier padre. Los estudios son importantes y más en nuestro país, donde el sueño de todo padre es que su hijo sea ingeniero, médico o funcionario del IAS. Aunque nuestro sistema educativo actual está muy sesgado y completamente orientado a las notas, no podemos descartar su importancia. Muchos padres tienen que enfrentarse a la falta de interés de sus hijos por los estudios. El niño simplemente no muestra interés por el estudio. Y esto supone un gran problema para los padres. El futuro de cada niño depende de lo bien que estudie, aunque no siempre es cierto, esa es la percepción que tienen todos los padres. Y con razón, diría yo.

Se ha equivocado en una suma. Canaliza su cerebro para que piense, tal vez dale unos objetos y pídele que calcule cuántas piezas hay. No le indiques el error, sino deja que lo descubra por sí mismo. Deja que el niño descubra y corrija sus errores, esto también ayuda al desarrollo del cerebro. No le cojas la mano al niño. Deja que aprenda y crezca. Interviene sólo cuando veas que el niño es incapaz de afrontarlo. Empieza explicando el error y desglosándolo para que sea más fácil de recordar. A continuación, dale al niño unos cuantos problemas más para que los resuelva. Aplaude cada intento exitoso y muestra paciencia cuando los intentos fracasen. Vuelve a la pizarra y empieza de nuevo, hasta que tu hijo comprenda el concepto. El niño no debe sentirse agobiado y, al mismo tiempo, debe saber que usted está ahí para ayudarle. Padres bien No te preocupes, harás un buen trabajo. Sólo deja que el estímulo sea un ingrediente clave en tus habilidades como padre. Todo lo demás encaja. No dejes que los fracasos de tu hijo te decepcionen. Todavía está aprendiendo, estate ahí para guiarle, en cada paso del camino. Enséñale cómo se hacen las cosas, pero al mismo tiempo permítele descubrirlas. Ve despacio, sigue el ritmo de tu hijo, pero no esperes que él siga tu ritmo. Vale la pena ser paciente.

Mi hijo no quiere aprender

La falta de interés y motivación de los alumnos puede ser todo un reto para los profesores.  Muchos de los siguientes métodos están basados en la investigación y han demostrado ser eficaces para motivar a los alumnos y despertar el deseo de aprender.

Esta observación está impregnada de investigación desde hace más de 50 años. Gary Anderson sugirió en su informe de 1970, “Effects of Classroom Social Climate on Individual Learning” (Efectos del clima social del aula en el aprendizaje individual), que las clases tienen una personalidad distintiva o “clima”, que influye en la eficacia del aprendizaje de sus miembros. Anderson afirmó:

“Las propiedades que conforman el clima del aula incluyen las relaciones interpersonales entre los alumnos, las relaciones entre los alumnos y sus profesores, las relaciones entre los alumnos y tanto la materia que se estudia como el método de aprendizaje, y la percepción de los alumnos de la estructura de la clase”.

Las investigaciones demuestran que dar a los estudiantes la posibilidad de elegir es fundamental para aumentar el compromiso.  En un informe de 2000 para la Fundación Carnegie, “Reading Next-A Vision for Action and Research in Middle and High School Literacy”, los investigadores explicaron que la elección es importante para los alumnos de secundaria: