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Mi hijo no quiere estudiar tiene 10 años

Mi hijo no está interesado en los estudios

Esta es la brutal verdad sobre cómo motivar a los niños para que estudien: no todas las motivaciones son iguales. La mayoría de los métodos de crianza, como las reglas, las consecuencias y las recompensas, no funcionan porque crean el tipo de motivación equivocado. Averigua qué motiva a tu hijo y cómo motivarlo eficazmente siguiendo 7 pasos respaldados por la investigación.

En un estudio realizado en la Universidad de Rochester, los investigadores pidieron a un grupo de estudiantes universitarios que leyeran un artículo y luego registraran sus emociones al leerlo. Una semana después, comprobaron la capacidad de los estudiantes para recordar la información. Los estudiantes que encontraron el artículo interesante o agradable obtuvieron mejores resultados que otros estudiantes que no lo encontraron en el recuerdo y la comprensión de la información, incluso después de tener en cuenta sus diferencias en la aptitud verbal.2

Por ejemplo, entrenar para el fútbol puede ser duro a veces. Pero practicar es una parte fundamental y necesaria para llegar a ser bueno. Ayude a su hijo a entender que si quiere obtener mejores resultados en el fútbol, debe practicar aunque no siempre sea agradable.

¿Cómo puedo hacer que mi hijo estudie sin que nadie le diga nada?

Hay tanto que aprender para nuestros hijos en el mundo de la alta tecnología de hoy en día que puede resultar fácil que se pierdan habilidades prácticas para la vida. De hecho, un estudio realizado en 2014 por la empresa de seguridad AVG Technologies descubrió que, mientras que el 57% de los niños de 3 a 5 años puede navegar por al menos una aplicación en un smartphone, solo el 14% podía atarse los zapatos.

Ahora que los niños pasan más tiempo que nunca frente a las pantallas, es esencial reforzar algunas reglas para ayudarles a navegar con seguridad por el mundo digital, dice Joscelyn Ramos Campbell, madre de cuatro hijos en Clermont, Florida, que escribe un blog en Mami of Multiples. Así que en cuanto tu hijo pueda usar la tecnología sin supervisión, repasa estas buenas prácticas:

Puedes empezar a dar clases de lavandería cuando los niños tengan alrededor de 6 años. Si tienes una lavadora de carga superior, ten cerca un taburete. Acompáñale en el proceso -cómo medir y añadir el detergente, elegir los ajustes y poner en marcha la lavadora- y hazlo divertido.

Muchos niños de preescolar aprenden a plantar semillas en clase, pero no a trasladar los brotes a un jardín. Whitney Cohen, coautora del libro The Book of Gardening Projects for Kids (El libro de los proyectos de jardinería para niños) y directora de educación de Life Lab, desglosa los pasos:

Mi hijo no está interesado en nada

Cada niño es único y, por tanto, cada uno necesita un entorno diferente para alcanzar su potencial. Viviendo en los tiempos que corren, en los que todo el mundo a nuestro alrededor parece ser una competencia, se hace difícil levantar el exceso de carga para estudiar con rigor. Incluso los adultos se enfrentan a este tipo de presión en el día a día, ya sea por el rendimiento en la oficina o por estar al día en las redes sociales.

Del mismo modo, los niños de hoy en día también están rodeados de diversas formas. Hay una presión constante sobre ellos para que rindan más en todos los aspectos. Algunos niños han sido bendecidos con la concentración y las habilidades de aprendizaje adecuadas y, por lo tanto, les resulta fácil aprender más. Mientras que en otros casos, esta presión constante sobre algunos niños a menudo los aleja de los estudios. Les cuesta concentrarse y no quieren estudiar. Pero se plantea la cuestión de cómo desarrollar el interés por los estudios.

La educación en los primeros años de aprendizaje desempeña un papel crucial en el desarrollo integral de un niño. La mayoría de los hábitos correctos y las etiquetas sociales se forman en estos años fundacionales. Pero, ¿qué hacer cuando la escasa capacidad de concentración de tu hijo se apodera de su experiencia de aprendizaje inicial, y tu hijo no quiere estudiar?

Por qué algunos estudiantes no se interesan por los estudios

Amanda Dudley no trabaja, asesora, posee acciones ni recibe financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no ha revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.

Aunque es normal que haya cierta reticencia a ir al colegio, pensemos en los padres cuya lucha por la vuelta al cole ha alcanzado una nueva dimensión. La reticencia de su hijo a ir a la escuela se ha convertido en un problema psicológico más importante, llamado rechazo escolar.

A diferencia del absentismo escolar, los jóvenes a los que se les diagnostica el rechazo a la escuela no presentan otros problemas de comportamiento: sus padres saben dónde están; permanecen en casa a pesar de los esfuerzos de sus padres para que vayan a la escuela.

El rechazo escolar no se debe a un solo factor o persona, sino a una compleja interacción de múltiples factores de riesgo en los que intervienen el niño (como el miedo al fracaso), su familia (como la sobreprotección de los padres o la enfermedad), la escuela (como el acoso escolar) y los retos sociales (como la presión por el rendimiento académico).