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Método de estudio pomodoro

¿Funciona el pomodoro?

La Técnica Pomodoro es un método de gestión del tiempo desarrollado por Francesco Cirillo a finales de los años 80.[1] Utiliza un temporizador de cocina para dividir el trabajo en intervalos, normalmente de 25 minutos, separados por breves descansos. Cada intervalo se conoce como pomodoro, de la palabra italiana para tomate, por el temporizador de cocina con forma de tomate que Cirillo utilizaba cuando era estudiante universitario[2][3].

La técnica se ha popularizado ampliamente mediante aplicaciones y sitios web que ofrecen temporizadores e instrucciones. Estrechamente relacionado con conceptos como el timeboxing y el desarrollo iterativo e incremental utilizados en el diseño de software, el método se ha adoptado en contextos de programación por parejas[4].

Uno de los objetivos de la técnica es reducir el efecto de las interrupciones internas y externas sobre la concentración y el flujo. Un pomodoro es indivisible; cuando se interrumpe durante un pomodoro, se debe registrar y posponer la otra actividad (utilizando la estrategia de informar – negociar – programar – llamar de nuevo[7]) o se debe abandonar el pomodoro[1][6][8].

Los casos específicos deben manejarse con sentido común: si se termina una tarea mientras el Pomodoro sigue en marcha, se aplica la siguiente regla: Si un Pomodoro comienza, tiene que sonar. Es una buena idea aprovechar la oportunidad para el sobreaprendizaje, utilizando la parte restante del Pomodoro para revisar o repetir lo que has hecho, hacer pequeñas mejoras y anotar lo que has aprendido hasta que suene el Pomodoro[9].

Temporizador Pomodoro

Si te encuentras luchando por terminar las tareas antes de la fecha límite o llegas a los exámenes deseando haber encontrado el tiempo para estudiar más no estás solo. Muchos estudiantes luchan con la gestión del tiempo para sus estudios, y en el ajetreado mundo interconectado de hoy en día no es de extrañar.

Miles de estudiantes han gestionado su tiempo de estudio con la Técnica Pomodoro, creada por Francesco Cirillo en 1999. El hecho de que su método haya sido ampliamente utilizado durante más de 20 años demuestra su eficacia.

El método se basa en estudiar en intervalos de tiempo. De hecho, Cirillo lo llamó así por el temporizador que utilizaba, que tenía forma de tomate (pomodoro en italiano). Cirillo descubrió que dividir las tareas grandes en unidades de tiempo más pequeñas y manejables (llamadas «pomodoros») es la forma más eficaz de estudiar.

Aprendemos mejor cuando nos dedicamos por completo a una tarea, pero esto puede ser mentalmente agotador. Con esta intensidad, los descansos son importantes. Durante las pausas más largas, nuestro cerebro asimila la nueva información y descansa para la siguiente ronda. Con la práctica, tus pomodoros tendrán más éxito y mejorarás tu capacidad de atención y concentración.

Método del tomate

ShareTweetPin5151 SharesEsta semana te recordamos la Técnica Pomodoro. ¿Has probado a estudiar con esta estrategia de estudio organizada y cronometrada? ¡La Técnica Pomodoro es un método de gestión del tiempo muy eficiente que puede ayudarte drásticamente en tus estudios! A continuación, los puntos clave de la Técnica Pomodoro para estudiar de forma más inteligente, no más difícil.

Divida las tareas grandes en segmentos más pequeños: Algunas tareas pueden ser tan enormes que resultan intimidantes. Es útil dividir las tareas grandes en segmentos más pequeños y manejables. Para dividir esas grandes tareas en segmentos más pequeños, hay que examinar todas las partes, pensar en el orden de las mismas, tener un plan en mente y recordar que hay que mirar el panorama general. Dividir las tareas grandes en segmentos más pequeños ayuda a la motivación general de lo que tienes que lograr. Por ejemplo, al estudiar el sistema respiratorio, puedes dividir el estudio en secciones de anatomía, fisiología, farmacología y patología. Además, tener múltiples segmentos más pequeños te permite evitar la procrastinación y el estrés.

Temporizador de tomates

El método Pomodoro, aunque es una de mis técnicas de estudio favoritas, es sólo la punta del iceberg en cuanto a métodos de productividad. Si buscas alternativas que consigan resultados similares, que te permitan estudiar más en menos tiempo, hay muchas alternativas potentes.

También conocido como el método Seinfeld (sí, de la serie de televisión), la idea de esta técnica es sencilla. Cada día te propones una tarea. La realizas y la marcas en un calendario (o cuaderno, u hoja de cálculo, etc.). Y la idea es que no rompas la cadena.

Este puede ser un buen truco para aquellos que no quieren utilizar alguna aplicación llamativa o un método de productividad demasiado complicado. Es la simplicidad en su máxima expresión. Y sólo requiere materiales muy básicos para empezar.

El concepto se presta al libro El mundo encantado del sueño, de Peretz Lavie, y a la idea de los «ritmos ultradianos». Se trata de fases similares al sueño de movimientos oculares rápidos (REM) que están fuertemente vinculadas a la liberación de hormonas. Se dice que nuestras funciones cognitivas y energías son máximas durante estos periodos.