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Estudios de la homosexualidad

¿Existe un cerebro gay? La neurociencia de la homosexualidad

Incluye libros, publicaciones periódicas y material de archivo que documentan los movimientos políticos, sociales y culturales del colectivo LGBT desde principios del siglo XX hasta la actualidad, así como memorias, biografías, obras de ficción y otras obras creativas que revelan la experiencia personal de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales.

Servicio internacional de resúmenes sobre estudios de la mujer. Se centra en la educación, el empleo, la mujer en la familia, la medicina y la salud, los roles de género, la política social, la biografía, la crítica literaria y los estudios históricos.

El objetivo es aumentar la accesibilidad de la historia de las mujeres transgénero proporcionando un centro en línea para materiales históricos digitalizados, materiales nacidos de la digitalización e información sobre los fondos de los archivos de todo el mundo.

Base de datos internacional de salud pública que proporciona resúmenes de la literatura sobre atención sanitaria, ciencias biomédicas de la vida, salud sexual y reproductiva, enfermedades transmisibles y no transmisibles, salud ambiental, nutrición de salud pública, seguridad e higiene alimentaria. Abarca revistas en inglés y en otros idiomas, libros, informes, patentes, disertaciones y actas de conferencias.

¿La homosexualidad está en tus genes?

La relación entre la biología y la orientación sexual es un tema de investigación. Si bien los científicos no conocen la causa exacta de la orientación sexual, teorizan que está causada por una compleja interacción de influencias genéticas, hormonales y ambientales[1][2][3] Las hipótesis sobre el impacto del entorno social postnatal en la orientación sexual, sin embargo, son débiles, especialmente en el caso de los hombres[4].

Los científicos se inclinan por las teorías biológicas para explicar las causas de la orientación sexual[1]. Estos factores, que pueden estar relacionados con el desarrollo de una orientación sexual, incluyen los genes, el entorno uterino temprano (como las hormonas prenatales) y la estructura cerebral.

La influencia de las hormonas en el feto en desarrollo ha sido la hipótesis causal más influyente del desarrollo de la orientación sexual[4][5] En términos sencillos, el cerebro fetal en desarrollo comienza en un estado típico «femenino». La presencia del cromosoma Y en los varones impulsa el desarrollo de los testículos, que liberan testosterona, la principal hormona activadora del receptor de andrógenos, para masculinizar el feto y el cerebro fetal. Este efecto de masculinización empuja a los varones hacia las estructuras cerebrales típicas de los hombres y, en la mayoría de los casos, hacia la atracción por las mujeres. Se ha planteado la hipótesis de que los hombres homosexuales pueden haber estado expuestos a poca testosterona en regiones clave del cerebro, o haber tenido diferentes niveles de receptividad a sus efectos masculinizantes, o haber experimentado fluctuaciones en momentos críticos. En las mujeres, se plantea la hipótesis de que los niveles elevados de exposición a la testosterona en regiones clave pueden aumentar la probabilidad de atracción por el mismo sexo[4]. En apoyo de esto están los estudios sobre la proporción de dedos de la mano derecha, que es un marcador sólido de la exposición prenatal a la testosterona. Las lesbianas, por término medio, tienen una proporción de dedos significativamente más masculina, un hallazgo que se ha repetido en numerosas ocasiones en estudios transculturales[6]. Aunque los efectos directos son difíciles de medir por razones éticas, los experimentos con animales en los que los científicos manipulan la exposición a las hormonas sexuales durante la gestación también pueden inducir un comportamiento típico de los machos y una monta de por vida en las hembras, y un comportamiento típico de las hembras en los machos[4][6][5][7].

Ciencia y Homosexualidad | Ep#11 | Viaje a la Certeza

En la mayoría de las culturas humanas contemporáneas que se han estudiado, los individuos que se autoidentifican como exclusivamente homosexuales son raros (Ward et al., 2014; Bailey et al., 2016), pero una minoría más grande de la población reporta algún comportamiento y experiencia sexual homosexual y un grado de atracción sexual por el mismo sexo (SSSA) (Bagley y Tremblay, 1998; Savin-Williams y Vrangalova, 2013; Bailey et al., 2016). Aunque las estimaciones de la prevalencia y distribución poblacional de la SSSA varían (Bailey et al., 2016) los estudios contemporáneos apoyan la conclusión de Kinsey et al. (1948, 1953) de que en las poblaciones humanas existe una variación continua en la expresión de la homosexualidad. La variación forma una clina suave desde una gran mayoría que informa de atracción y/o comportamiento exclusivo o mayoritariamente heterosexual, pasando por grupos que informan de grados de atracción y/o comportamiento tanto homosexual como heterosexual hasta una pequeña minoría que informa de atracción y comportamiento exclusivamente homosexual (Savin-Williams y Vrangalova, 2013; Bailey et al., 2016).

¿Por qué existe la homosexualidad?

La homosexualidad se consideraba una enfermedad mental cuando Richard Pillard estudiaba medicina. Eran los años 50 y el profesor de psiquiatría de la Facultad de Medicina estaba en la Universidad de Rochester. En aquella época, la Asociación Americana de Psicología todavía catalogaba la homosexualidad como un trastorno y los psicólogos y psiquiatras se formaban en las formas de tratarla.

La primera prueba psicológica realizada para determinar si existía una explicación biológica para la homosexualidad fue en 1957. Con una beca del Instituto Nacional de Salud Mental, Karen Hooker estudió la relación entre la homosexualidad y el desarrollo psicológico y la enfermedad. Hooker estudió tanto a homosexuales como a heterosexuales, emparejados por edad, inteligencia y nivel educativo. Los sujetos fueron sometidos a tres pruebas psicológicas: el Rorschach, la Prueba de Apercepción Temática (TAT) y la Prueba de Hacer una Historia (MAPS). Hooker no encontró diferencias importantes en las respuestas dadas por los dos grupos. Debido a las puntuaciones similares, concluyó que la sexualidad no se basa en factores ambientales.