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Una IPP muy utilizada es la intervención “Mejor Yo Posible” (MPP), que consiste en escribir sobre el mejor yo posible en el futuro después de que todo haya ido lo mejor posible. El primer estudio que utilizó este paradigma comparó su eficacia con una condición de escritura reveladora sobre un acontecimiento traumático [5]. Los resultados indicaron que el BPS produjo mejoras significativas en el bienestar en el postest, y fue calificado como menos molesto que un ejercicio de escritura sobre el trauma. Desde la publicación de este trabajo, se han realizado muchos estudios sobre el BPS utilizando diferentes enfoques y métodos de entrega [6,7].
Debido al gran número de estudios sobre el BPS, se han realizado algunas revisiones. Un meta-análisis reciente sobre la eficacia de las intervenciones para aumentar el optimismo mostró un tamaño del efecto moderado (g = .41) para las condiciones experimentales en comparación con los controles sobre los niveles de optimismo [4,7]. Esta revisión incluyó cualquier intervención diseñada para mejorar los niveles de optimismo, comprendiendo no sólo los estudios de BPS sino también otras intervenciones. Los análisis de los moderadores mostraron que el BPS fue más eficaz (g = 0,64) que otras intervenciones (g = 0,28) para aumentar los niveles de optimismo. Sin embargo, esta revisión sólo abordó el optimismo como variable de resultado y, por lo tanto, analizó exclusivamente los estudios de BPS que medían el optimismo (k = 10). Recientemente, una revisión cualitativa de las intervenciones del BPS [6] concluyó que el BPS es una intervención recomendada para mejorar el bienestar, que es flexible en su entrega (es decir, en línea o cara a cara) y en su implementación (por ejemplo, escrita o hablada). Sin embargo, no se realizaron análisis cuantitativos de la eficacia de las intervenciones ni evaluaciones de la calidad de los estudios. Por lo tanto, casi dos décadas después del primer estudio sobre el BPS, se sabe poco sobre la eficacia general de esta intervención en el bienestar. Se necesita un enfoque cuantitativo y sistemático para arrojar luz sobre la eficacia de esta intervención y analizar los posibles moderadores que pueden influir en su eficacia.
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El Mejor Yo Posible es una intervención de Psicología Positiva que pide a los participantes que escriban sobre sí mismos en su mejor futuro posible. Estudios anteriores han demostrado su eficacia para mejorar el bienestar, pero aún se desconocen los mecanismos que subyacen a su eficacia.
Los participantes (N = 78) fueron asignados aleatoriamente a la condición del mejor yo posible o a una de las dos variantes de la intervención: el mejor yo en el presente y el mejor yo en el pasado. Se realizaron análisis cualitativos de los textos para explorar los principales temas y características de los ensayos. A continuación, se siguió un enfoque de métodos mixtos con datos cuantitativos y cualitativos, para analizar la relación entre el contenido de los textos y el cambio en el afecto positivo producido por las intervenciones.
Se encontraron diferencias significativas entre las condiciones en el contenido de las composiciones. Los análisis de regresión mostraron que diferentes variables predecían el cambio en el afecto positivo dependiendo de la condición. Los análisis de mediación también encontraron diferencias entre las condiciones.
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Resumen El mejor yo posible (BPS), definido como una Intervención de Psicología Positiva (PPI) orientada al futuro, ha demostrado ser eficaz para aumentar los niveles de bienestar en estudios anteriores. Sin embargo, se desconoce si el marco futuro es un componente esencial para la eficacia de este ejercicio. Este trabajo tuvo como objetivo explorar el papel del enfoque temporal en la eficacia de la intervención BPS. Se realizaron dos ensayos controlados aleatorios (ECA), en los que los participantes (N = 112 y N = 107) fueron asignados al azar a escribir sobre su mejor yo pasado, presente o futuro, o sobre las actividades realizadas durante las últimas 24 h (condición de control). La medida de resultado principal fue el afecto positivo, y también se incluyeron otras medidas relacionadas con el bienestar (satisfacción con la vida, felicidad, optimismo, autoeficacia y autosatisfacción). Se planteó la hipótesis de que las tres condiciones experimentales serían igualmente eficaces para aumentar el bienestar y que producirían mayores beneficios que la condición de control. Los resultados de ambos ECAs mostraron que todas las condiciones aumentaron significativamente sus niveles de bienestar, lo que podría implicar que la variación de la temporalidad del BPS no afecta a la eficacia de la intervención. Sin embargo, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre las condiciones experimentales y las de control. Se discutirán las implicaciones de estos resultados. Este estudio contribuye a la investigación sobre los mecanismos que influyen en la eficacia de una IPP ampliamente utilizada.
¿Quién es Alba Carrillo? Supervivientes 2017
Estamos interesados en el impacto de los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad en la salud cardíaca, y cómo los diferentes tratamientos para estos trastornos pueden impactar en la calidad de vida y la función. La depresión y la ansiedad se han identificado como factores de riesgo de malos resultados cardíacos y de muerte, independientemente de los factores de riesgo cardíacos tradicionales como la hipertensión arterial, el tabaquismo o la diabetes.
Desgraciadamente, la depresión y la ansiedad no se reconocen ni se tratan en la gran mayoría de los pacientes con enfermedades cardíacas, a pesar de que existe un tratamiento seguro y eficaz. Hemos realizado dos ensayos aleatorios de gestión de la atención a pacientes cardíacos que padecen trastornos de depresión o ansiedad para determinar si tener un gestor de la atención ayuda a estos pacientes a tener mejores resultados y una mejor calidad de vida, y hemos examinado el impacto de los medicamentos psiquiátricos en la salud cardíaca.
Además, cada vez nos interesa más el papel de los pensamientos y las emociones positivas en la salud. Hay indicios de que los estados psicológicos positivos, como el optimismo, el afecto positivo y la autoeficacia de las personas, pueden predecir de forma independiente una salud superior, aunque estas conexiones no se han estudiado detenidamente en pacientes que padecen enfermedades crónicas o agudas, como un síndrome coronario agudo o una diabetes de tipo 2.