Formacion

Estudio sobre la tentacion de jesus

Describe la tentación de jesús en el desierto

Su uso inmediato de las escrituras nos muestra lo familiarizado que estaba con las escrituras, y también que aceptaba plenamente la autoridad de las escrituras del Antiguo Testamento. ¿Conoces el secreto de la victoria en la tentación? – Lee Efesios 6:10-17, y fíjate especialmente en los versículos 16 y 17. No hay otra forma de victoria sobre nuestro gran adversario.  6. El propósito de la tentación no era ver si nuestro Señor pecaría o podría pecar, sino demostrar que Él era el Sin PecadoEsto es importante. Al resistir la tentación en todo momento demostró abiertamente el hecho de que Él, «el último Adán» – busque en 1 Corintios 15:45 – no sólo era inocente (como «el primer Adán» antes de la Caída), sino que era sin pecado, santo. En el desierto rechazó al Diablo y salió victorioso, y «cuando el diablo terminó toda esta tentación

Tentación de Jesús Mateo

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1.Versículo 1 – El Espíritu Santo llevó a Jesús al desierto. Aunque Dios no lo tentó, fue parte de su plan soberano permitir que Satanás tentara a Jesús. Este encuentro nos serviría como ejemplo de cómo enfrentar la tentación. También nos muestra la victoria de Jesús sobre la tentación y la evidencia de su impecabilidad. Obsérvese que parece (véase también Marcos 1:12-13) que Jesús estuvo siendo tentado todo el tiempo y sólo vemos la culminación de esas tentaciones, no cada una de ellas. En la oración modelo del Señor en Mateo 6:13, aprendemos que debemos orar y pedirle a Dios que no nos deje caer en la tentación. Dios mismo nunca nos tentará y también ha prometido que nunca permitirá que seamos tentados más allá de lo que podamos soportar. Al mismo tiempo, puede permitir que Satanás nos tiente, pero luego utiliza esas tentaciones como una prueba para enseñarnos a confiar más en Él. ¿Puedes pensar en algún ejemplo en la Biblia donde Dios haya permitido esto? En el libro de Job, Dios permite que Satanás tiente severamente a Job. Al mismo tiempo, lo utiliza como una oportunidad para enseñar a Job y a sus amigos (y por extensión a través del libro de Job a todos nosotros) más cosas sobre Dios. Aunque Dios puede utilizar soberanamente las tentaciones en nuestras vidas, debemos hacer lo posible por evitarlas.

Tentación de JesúsLucas 4:1-13

Jesús es tentado (Mateo 4:1-11)ResumenEl espíritu llevó a Jesús al desierto para ser tentado por el Diablo. Después de cuarenta días y noches sin comer, Jesús tenía hambre. El Diablo tentó a Jesús para que convirtiera las piedras en pan, a lo que él respondió: «El ser humano no puede vivir sólo de pan, sino que necesita toda palabra de Dios». La segunda tentación fue que Jesús se arrojara desde el punto más alto del templo y ordenara a los ángeles que lo atraparan. Jesús respondió «No pongas a prueba al Señor tu Dios». Finalmente, el Diablo le ofreció a Jesús todos los reinos del mundo a cambio de que lo adorara. Jesús respondió: «Adora al Señor tu Dios y sírvele sólo a él». El Diablo dejó a Jesús y los ángeles vinieron a ayudarle.Una vidriera que representa la tentación de CristoEntendiendo el textoLas tres tentaciones que recoge Mateo nos dan una idea de los problemas con los que luchó Jesús durante sus cuarenta días en el desierto:Jesús responde a cada tentación con una cita del Antiguo Testamento

Qué simbolizan las 3 tentaciones de Jesús

Hay momentos en nuestra lucha contra las adversidades de la mortalidad en los que nos cansamos, nos debilitamos y somos susceptibles a las tentaciones que parecen ponerse en nuestro camino. Una lección para nosotros está en el relato de la vida del Salvador.

Poco después de su bautismo, Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto salvaje e inculto. Allí permaneció durante cuarenta días y noches, preparándose para el ministerio formal que entonces iba a comenzar. Tenía ante sí la mayor tarea que jamás se había llevado a cabo en este mundo, y necesitaba la fuerza divina. Durante esos días en el desierto decidió ayunar, para que su cuerpo mortal se sometiera completamente a la influencia divina del Espíritu de su Padre.

Cuando Jesús hubo completado el ayuno de cuarenta días y estuvo en comunión con Dios, fue, en este estado de hambre y debilidad física, dejado para ser tentado por el diablo. Eso también debía ser parte de su preparación. Ese momento es siempre el del tentador: cuando estamos emocional o físicamente agotados, cuando estamos cansados, vulnerables y menos preparados para resistir las insidiosas sugerencias que nos hace. Esta era una hora de peligro, el tipo de momento en el que muchos hombres caen y sucumben a la sutil seducción del diablo.