Formacion

Estudio del bullying en el ciclo superior de primaria

Lanzamiento del proyecto Gender Equality Matters

Abayomi, W. y Daniels, A. (2021) Concienciación sobre el acoso escolar, su impacto en los niños y estrategias para el cambio de comportamiento. Open Journal of Social Sciences, 9, 363-394. doi: 10.4236/jss.2021.911026.

El fenómeno del acoso escolar es un mal universal que, si no se aborda con éxito, puede provocar en la población una disfunción psicológica, emocional, física y social que puede durar mucho tiempo. La literatura está repleta del impacto negativo del acoso escolar de forma holística en el individuo que está siendo acosado, independientemente de su edad, origen étnico o nivel socioeconómico (Dunne et al., 2013; Barnes et al., 2012; Side & Johnson, 2014; Schneider et al., 2012; Hutchinson, 2012).

El Ministerio de Educación de Jamaica (2008) es consciente de la realidad de los problemas asociados con el acoso y trata de abordarlo mediante su inclusión en los manuales de seguridad y protección que se han distribuido a los funcionarios escolares para su aplicación. A pesar de la aportación gubernamental, el bullying sigue siendo un problema para Jamaica, por lo que la Agencia de Desarrollo Infantil de Jamaica encargó un estudio titulado Investigating the Prevalence and Impact of Peer Abuse (Bullying) on the Development of Jamaica’s Children (Investigación de la prevalencia y el impacto del abuso entre iguales (bullying) en el desarrollo de los niños de Jamaica) con el objetivo de “…la reducción de las incidencias de bullying dentro del sistema educativo…” (Agencia de Desarrollo Infantil, 2015). Dicho informe indicó que el bullying en Jamaica es un tema que se está convirtiendo en un problema serio, que más niñas son acosadas que niños (66,9% de las niñas y 62,9% de los niños) y que hay un consenso por parte de los interesados de que hay necesidad de una respuesta efectiva inmediata (PSearch Associates Company Ltd., 2015).

Grado 4 Habilidades para la vida 5 Junio 2020 Acoso escolar

El acoso también puede producirse a través de la tecnología, lo que se denomina acoso electrónico o ciberacoso. Un joven puede ser autor, víctima o ambos (también conocido como “acosador/víctima”). Para obtener más información sobre las definiciones de acoso escolar, consulte Vigilancia del acoso entre los jóvenes: Uniform Definitions for Public Health and Recommended Data Elements, Version 1 pdf icon[8.64 MB, 116 Pages, 508].

El acoso escolar está muy extendido en los Estados Unidos. El acoso afecta negativamente a todos los jóvenes implicados, incluidos los que son acosados, los que acosan a otros y los que presencian el acoso, conocidos como espectadores.

Top of Page¿Cuáles son las consecuencias? El acoso puede provocar lesiones físicas, malestar social y emocional, autolesiones e incluso la muerte. También aumenta el riesgo de depresión, ansiedad, dificultades para dormir, menor rendimiento académico y abandono de los estudios. Los jóvenes que acosan a otros corren un mayor riesgo de abusar de las sustancias, tener problemas académicos y sufrir violencia más adelante en la adolescencia y en la edad adulta. Los jóvenes que acosan a otros y son acosados ellos mismos sufren las consecuencias más graves y tienen un mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental y de comportamiento.

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Aunque la agresión entre iguales suele alcanzar su punto álgido en los primeros años de la adolescencia (Perry et al., 1988), también pueden darse formas de acoso en la escuela primaria, y algunos estudios han encontrado ciertas diferencias de género en la prevalencia de la implicación. En particular, los varones parecen estar en mayor riesgo de estar involucrados en el acoso, tanto como acosadores como víctimas, mientras que las mujeres tienden a reportar más a menudo formas de victimización indirecta (Iossi Silva et al., 2013; Ang et al., 2018; Twardowska-Staszek et al., 2018; Jiménez, 2019) y son más propensas a participar en formas de acoso indirecto como la exclusión social activa (Ang et al., 2018).

Los estudios que utilizan entrevistas o preguntas abiertas también informan de las diferencias de edad y de género en la representación del acoso por parte de los niños. En cuanto a la edad, los niños pequeños tienden a diferenciar sólo entre los actos no agresivos y los agresivos, viendo estos últimos como acoso incluso cuando no implican un comportamiento de acoso (por ejemplo, niños de igual poder peleando por un malentendido); a su vez, los adolescentes y los adultos tienen una comprensión más compleja del acoso, distinguiendo con éxito entre las formas directas e indirectas de los comportamientos de acoso físico, relacional/social y verbal (Smith et al., 2002; Monks y Smith, 2006; Naylor et al., 2006). Por ejemplo, en el contexto escolar, es más probable que los niños se refieran a la victimización directa (física y verbal) en comparación con sus profesores, que a su vez tienden a referirse también a las formas indirectas de acoso (por ejemplo, la exclusión social; Naylor et al., 2006).

Proyecto de cortometraje animado contra el acoso escolar

Aproximadamente el 8-46% de los niños1-4 sufren acoso en la escuela primaria. Los efectos adversos de la victimización por parte de los compañeros sobre la inadaptación psicológica, como la ansiedad, los sentimientos depresivos, la baja autoestima o la soledad, se han encontrado en estudios de niños predominantemente de la escuela secundaria.5-7 Por el contrario, hay una escasez de investigación sobre la relación de las experiencias de acoso y las quejas comunes de salud8 y el absentismo escolar. Williams et al. descubrieron que los niños de 9-10 años que declararon problemas de salud comunes, como dolores de barriga o problemas de sueño, también declararon ser víctimas de acoso con una frecuencia de dos a cuatro veces mayor.8 Sin embargo, como los informantes sobre el acoso y los problemas de salud eran los niños, a menudo en presencia de sus padres, los efectos pueden haber sido inflados.5 Puede haber una tendencia de las víctimas a exagerar los efectos adversos.7 Investigaciones recientes indican que una proporción de las víctimas son también acosadores en otras ocasiones (acosadores/víctimas2

,9) y se ha informado de que difieren significativamente de los acosadores “puros” en su comportamiento.10-12 Deben considerarse por separado de las víctimas puras o de los acosadores puros. Por último, se sabe poco sobre los efectos adversos de las formas más sutiles de victimización en las quejas de salud comunes que implican la manipulación hiriente de las relaciones con los compañeros y las amistades, a menudo llamado acoso relacional4