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Estudio de la percepción

Psicología de la percepción pdf

Los seres humanos tienen una relación inestable con el reloj, si los modismos modernos sirven de indicación. El tiempo vuela cuando nos divertimos. Cuando nos aburrimos, se alarga. A veces está de nuestro lado, otras veces corre en nuestra contra.

La brecha entre cómo pasa el tiempo y cómo lo experimentamos ha ocupado a los científicos psicológicos durante más de 150 años. Pioneros de la psicofísica como Gustav Theodor Fechner y Ernst Heinrich Weber sentaron las bases de esta línea de investigación en el siglo XIX al explorar los entresijos de la percepción humana.

Si avanzamos hasta el siglo XXI, el estudio de la percepción del tiempo es un sello distintivo de la investigación integradora, que mezcla la lingüística, la neurociencia, la psicología cognitiva y la investigación de la atención para explorar el modo en que las personas sienten que pasan los minutos y las horas.

Durante décadas, los científicos han conceptualizado la percepción del tiempo según modelos teóricos que postulaban esencialmente un cronómetro biológico en el cerebro, que se ralentizaba y aceleraba en función de la atención y la excitación. Más recientemente, los investigadores han buscado las áreas cerebrales precisas responsables del cronometraje interno. Utilizando tecnologías más recientes, como la resonancia magnética funcional, científicos como Warren H. Meck, miembro de la APS en la Universidad de Duke, han llegado a la conclusión de que el procesamiento del tiempo se basa en una gran red de áreas neuronales, y no en una única estructura cerebral. Y los neurocientíficos europeos, entre los que se encuentra el premio Nobel Edvard Moser, han utilizado la optogenética (una técnica biológica utilizada para controlar y monitorizar neuronas individuales) con ratones para identificar las regiones cerebrales específicas que afectan a nuestro control subjetivo del tiempo.

Definición de percepción por experto

Anita Dewi (doctora en Lingüística Aplicada; doctora en TESOL) es asesora de habilidades de aprendizaje para la inclusión social en la Biblioteca de la Universidad de Monash. También ha trabajado como profesora de estudios indonesios en la Universidad de Monash, como profesora de ELICOS en el Monash College, como profesora de inglés en una universidad indonesia y como profesora de inglés en otras instituciones de Indonesia. Sus intereses de investigación son la lengua, la cultura, la identidad y el inglés como lengua internacional (EIL).

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Revista de definición de la percepción

El estudio pretende analizar la percepción de profesores y alumnos sobre las clases en línea. El trabajo trata de explicar las opiniones de los estudiantes en cuanto al impacto de los cursos en línea, su comodidad en su uso y el apoyo recibido de los profesores en las clases en línea, junto con las opiniones de los profesores sobre la eficacia, la práctica docente seguida y la formación recibida para una clase en línea.

El análisis se llevó a cabo utilizando los datos recogidos a través de dos cuestionarios estructurados distintos para estudiantes y profesores en los distritos de Dakshina Kannada y Udupi en Karnataka. Los datos se registraron en el SPSS y se analizaron mediante estadísticas descriptivas.

El estudio revela que los estudiantes se sienten cómodos con las clases en línea y reciben suficiente apoyo de los profesores, pero no creen que las clases en línea vayan a sustituir a la enseñanza presencial tradicional. También se constata que los profesores tienen dificultades para impartir clases en línea debido a la falta de formación y desarrollo adecuados para hacerlo. Las cuestiones técnicas son el principal problema para la eficacia de las clases en línea.

Tipos de teoría de la percepción

Puede ser divertido percibir ilusiones, pero la comprensión de cómo funcionan es aún más estimulante y sostenible: Pueden indicarnos dónde se encuentran los límites y la capacidad de nuestro aparato perceptivo; pueden especificar cómo se establecen las restricciones de la percepción. Además, nos permiten analizar los subprocesos cognitivos que subyacen a nuestra percepción. En un contexto científico, las ilusiones no se crean principalmente para revelar los fallos de nuestra percepción o las disfunciones de nuestro aparato, sino que señalan el poder específico de la percepción humana. La principal tarea de la percepción humana es amplificar y reforzar las entradas sensoriales para poder percibir, orientar y actuar de forma muy rápida, específica y eficaz. El presente artículo refuerza esta línea de argumentación, expuesta con fuerza por el pionero de la percepción Richard L. Gregory (p. ej., Gregory, 2009), al analizar ilusiones visuales específicas y cómo pueden ayudarnos a comprender la magia de la percepción.

La percepción sensorial suele ser la prueba más llamativa de algo fáctico: cuando percibimos algo, lo interpretamos y lo tomamos como “objetivo”, “real”. Lo más obvio es experimentar esto con los testimonios de los testigos oculares: Si un testigo ocular lo ha “visto a simple vista”, los jueces, los miembros del jurado y los asistentes toman los informes de estas percepciones no sólo como pruebas sólidas, sino normalmente como hechos, a pesar de los procesos activos y sesgados sobre la base de la percepción y la memoria. De hecho, parece que no hay mejor, ni más “prueba” de que algo es un conocimiento fáctico que haberlo percibido. El supuesto vínculo entre la percepción y la realidad física es especialmente fuerte en el caso del sentido de la vista; de hecho, sólo lo examinamos cuando las condiciones de la vista han sido desafortunadas, cuando las personas tienen una mala visión o cuando sabemos que el testigo ocular estaba bajo estrés o carecía de facultades cognitivas. Cuando la gente necesita más pruebas de la realidad que a simple vista, intenta intuitivamente tocar la entidad a analizar (si es posible) para investigarla hápticamente. Sentir algo mediante el tacto parece ser la experiencia perceptiva definitiva para que los humanos puedan hablar de prueba física (Carbon y Jakesch, 2013).