Técnicas de estudio harvard
Ser un estudiante eficaz significa aprovechar bien el tiempo, tomar notas útiles y organizar las ideas. Las páginas de recursos de aprendizaje del IAD contienen estrategias y herramientas para estudiar con eficacia. Esta página contiene enfoques adicionales para estudiar que se sabe que marcan la diferencia.
Una forma de cambiar tus hábitos de estudio es adoptar nuevas rutinas. El método del temporizador es una rutina de estudio en la que te concentras intensamente en una tarea durante un tiempo determinado y luego haces una breve pausa. Nuestra página web sobre Gestión del tiempo contiene un folleto que explica el método del temporizador y otras herramientas que ayudan a priorizar y organizar las sesiones de estudio.
Cuidado con las estrategias repetitivas para perder el tiempo. Releer textos no es una forma especialmente buena de estudiar, y dedicar tiempo a buscar material en la biblioteca o en Internet puede hacer que no haya tiempo para leerlo y analizarlo todo.
Las mejores técnicas de aprendizaje según la ciencia
Los artículos de Verywell Mind son revisados por médicos certificados y profesionales de la salud mental. Los revisores médicos confirman que el contenido es exhaustivo y preciso, y que refleja las últimas investigaciones basadas en la evidencia. El contenido se revisa antes de su publicación y tras actualizaciones sustanciales. Más información.
Amy Morin, LCSW, es la editora jefe de Verywell Mind. También es psicoterapeuta, autora del bestseller “13 Things Mentally Strong People Don’t Do” (13 cosas que no hacen las personas mentalmente fuertes) y presentadora del podcast The Verywell Mind Podcast.Para consultas sobre medios de comunicación o charlas públicas, póngase en contacto con Amy aquí.
Conocer las estrategias más eficaces para aprender puede ayudarle a maximizar sus esfuerzos cuando intente aprender nuevas ideas, conceptos y habilidades. Si usted es como muchas personas, su tiempo es limitado, por lo que es importante obtener el máximo valor educativo del tiempo que tiene.
Sin embargo, la velocidad de aprendizaje no es el único factor importante. Es importante ser capaz de recordar con precisión la información que se aprende, recordarla posteriormente y utilizarla con eficacia en una amplia variedad de situaciones.
Hábitos de estudio
Corría el año 1993 y, con 16 años, estaba a punto de examinarme de Geografía. Era un examen público al estilo de la “vieja escuela”, que se celebraba en el gimnasio del colegio. En el aire flotaba un sofocante olor a cera del suelo y a polvo. Los pupitres individuales de la época victoriana, con tinteros que habían sido totalmente redundantes durante unas tres generaciones, estaban dispuestos en filas con una precisión infalible. El silencio era tan antinatural y opresivo que parecía tener una densidad tangible.
Sin embargo, había preparado el examen como una campeona y me sentía segura de mí misma. Respiré hondo, abrí el cuadernillo y eché un vistazo a la primera página de preguntas. Rápidamente me di cuenta de algo que se me revolvía en las tripas, captado a la perfección por un grafiti grabado en la ojerosa superficie de mi escritorio. Decía: “¡Oh, mierda! Ahí va la universidad, 1992”.
Estaba claro que yo no había sido el único que había perdido la confianza en su preparación para los exámenes. Sin embargo, no fue hasta que empecé a dar clases de psicología, 12 años más tarde, que entendí por qué. La mala noticia es la siguiente: las investigaciones en psicología indican que nuestra capacidad para controlar y evaluar con precisión nuestro nivel de conocimiento o habilidad (lo que se conoce como capacidad metacognitiva) suele ser defectuosa. Estos fallos tienden a darnos una percepción exagerada de nuestro conocimiento y comprensión, lo que nos anima a perseverar en métodos de estudio ineficaces que, de forma silenciosa pero persistente, socavan nuestros esfuerzos por aprender. Es fácil demostrarlo examinando algunas prácticas de estudio preferidas y considerando las ideas erróneas sobre el aprendizaje que reflejan. Empecemos por el eterno favorito: el empollar.
Cómo estudiar para los exámenes
Los exámenes, las redacciones y los proyectos pueden resultar estresantes incluso para los estudiantes más sensatos. Los nervios están ahí por una buena razón. Los exámenes son desalentadores. Las redacciones y los proyectos exigen mucho trabajo. Hay que ser capaz de recordar y comunicar toda la información relevante que se ha incluido en el completo programa de estudios. Y tienes que hacerlo en una situación de presión.
Por suerte, la ayuda está al alcance de la mano. Hay algunos consejos y trucos que pueden ayudarte a estudiar lo mejor posible. Aunque no sustituyen al trabajo duro, estos pequeños trucos de estudio pueden marcar la diferencia entre un buen resultado y uno excelente.
Según un estudio de 2010 sobre el “efecto de producción”, leer en voz alta aumenta tu capacidad para recordar cosas. El estudio analizó las diferencias en la retención de un material escrito, la mitad del cual se leía en silencio y la otra mitad en voz alta. La gente recordaba mucho mejor el material leído en voz alta que el leído en silencio. Esto se debe a que, al vocalizar el material y darle un sonido distinto, el cerebro tiene otra forma de recordarlo.