El veredicto
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Sobre el autorSiga a los autores para recibir actualizaciones de nuevas publicaciones, además de recomendaciones mejoradas.John W. DowerContenido breve visible, doble toque para leer el contenido completo.Contenido completo visible, doble toque para leer el contenido breve.John W. Dower es profesor emérito de historia en el Massachusetts Institute of Technology. Sus intereses se centran en la historia japonesa moderna y las relaciones entre Estados Unidos y Japón. Es autor de varios libros, entre ellos Ways of Forgetting, War Without Mercy, Cultures of War y Embracing Defeat, que recibió numerosos honores (incluido el Premio Pulitzer).Leer másLeer menos
Doce hombres enfadados
Este monólogo inicial nos introduce en la obra. Tiene dos objetivos directos. En primer lugar, sirve de introducción a la acción de la obra. Nos enteramos de que un grupo de miembros del jurado debe determinar la culpabilidad o inocencia de este hombre, y nos enteramos de cosas tan específicas como que deben emitir un veredicto unánime y que la pena de muerte es obligatoria, si son declarados culpables. En este sentido, es una forma muy eficaz y económica de introducir la obra.También hay que tener en cuenta la forma que Rose elige para introducir este monólogo. No hay una escena previa en la que el Juez se dirija a los hombres, ni éstos están en escena cuando se pronuncia el monólogo del Juez fuera de escena. Más bien, es a un escenario vacío, dando el efecto de que el monólogo no es tanto para los Jurados como para el propio público. Introduce un diálogo secundario en la obra, en el que el público hace de jurado para el acusado y para los Jurados en escena.
12º JURADO: (al 8º Jurado) ¿Qué piensas del caso? Me ha parecido muy interesante. Sin puntos muertos, ¿me entiende? Te diré que tuvimos suerte de conseguir un caso de asesinato. Nos imaginaba un robo o un asalto o algo así. Esos pueden ser los más aburridos.
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En lugar de eso, pronto les dirían que sus padres no estaban, que sus parientes habían desaparecido y que sus vecinos estaban desaparecidos, todos ellos encerrados en una red cada vez mayor de campos de detención construidos para retener a las minorías étnicas musulmanas.
Los dirigentes distribuyeron una directiva clasificada en la que se aconsejaba a los funcionarios locales que arrinconaran a los estudiantes que regresaban en cuanto llegaran y los mantuvieran callados. Incluía una escalofriante guía burocrática sobre cómo manejar sus angustiosas preguntas, empezando por la más obvia: ¿Dónde está mi familia?
«Están en una escuela de formación creada por el gobierno», comenzaba la respuesta prescrita. Si se les presionaba, los funcionarios debían decir a los estudiantes que sus familiares no eran delincuentes, pero que no podían salir de esas «escuelas».
La directiva se encontraba entre las 403 páginas de documentos internos que se han compartido con The New York Times en una de las filtraciones más importantes de documentos gubernamentales del Partido Comunista en el poder en China en décadas. Ofrecen una visión interna sin precedentes de la represión continuada en Xinjiang, donde las autoridades han acorralado a un millón de uigures, kazajos y otras personas en campos de internamiento y prisiones durante los últimos tres años.
Jurado
Santiago 2:13 dice: «Porque juicio sin misericordia se mostrará a cualquiera que no haya sido misericordioso. La misericordia triunfa sobre el juicio». Al buscar el significado de cualquier pasaje, siempre es importante fijarse en el contexto. Este capítulo, y de hecho todo el libro de Santiago, es una carta del apóstol Santiago a la Iglesia sobre la vida cristiana práctica. No sólo trata de cómo responder a Dios, sino también de cómo mantener una relación semejante a la de Cristo con los demás.
La primera mitad del capítulo 2, que incluye el versículo 13, aborda el favoritismo que algunos creyentes mostraban hacia los ricos a expensas de los pobres (versículos 1-9). A continuación, Santiago habla de la Ley y de cómo el quebrantamiento de uno solo de los mandamientos de Dios le hace a uno culpable de quebrantarlos todos: basta una infracción para convertirse en transgresor de la Ley (versículos 10-11). Mientras que algunos en la iglesia pueden haber visto el favoritismo como un pecado «menor», Santiago les informó de que cualquier pecado, por pequeño que parezca, constituye una violación de la totalidad de la Ley de Dios para Su pueblo.