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Encuestas sobre la independencia de Escocia

No me sorprende que periódicos conservadores como ABC y El Mundo saquen provecho de la noticia. Llevan muchos años intentando convencer a sus lectores de que el independentismo catalán es un movimiento marginal. Me decepciona que El País, de centro-izquierda, y El Correo, vasco, no hayan dado a sus lectores más contexto.

La encuesta en cuestión, realizada por el Centro de Estudios de Opinión de Cataluña, financiado por el gobierno, es la más fiable de su tipo. Se realiza tres veces al año, cada vez con más o menos las mismas preguntas y un tamaño de muestra decente. La cifra de independencia que aparece en su último informe -el 39%- es la más baja de los últimos diez años.

Llevo años defendiendo, desde que vi de cerca la represión del referéndum de 2017 viviendo en Barcelona, que la región necesita una tercera vía entre la secesión y el statu quo. Incluso cuando el independentismo parecía tener un apoyo mayoritario, apenas superaba el 50%; no es un mandato fuerte para separarse. Al mismo tiempo, no había -ni hay- una mayoría para mantener las cosas como están.

Wiki encuestas sobre la independencia de Escocia

Manifestantes en Madrid ondean banderas españolas durante una manifestación contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en febrero. A medida que se acercan las elecciones del 10 de noviembre, los españoles se muestran mayoritariamente pesimistas e insatisfechos con la democracia del país. (Pablo Blazquez Dominguez/Getty Images)

Los españoles acuden a las urnas el domingo para celebrar las cuartas elecciones en otros tantos años. Las elecciones llegan en un momento en que los españoles son especialmente pesimistas, albergan fuertes dudas sobre la democracia y están preocupados por la desigualdad, el futuro económico de sus hijos y la disponibilidad de empleos bien remunerados. Sin embargo, el sentimiento general sobre la economía ha repuntado en los últimos años y es el más positivo en más de una década.

1La mayoría de los españoles están descontentos con el estado de la economía de su país, pero menos que en el pasado. Aproximadamente cuatro de cada diez (42%) dicen que piensan que la situación económica de España es al menos algo buena, mientras que una mayoría (57%) dice que es mala. Esto supone una mejora con respecto al año pasado, y también representa una mejora sustancial desde 2013, cuando el porcentaje que pensaba que la economía española era buena era solo del 4%. También muestra que el optimismo de los españoles sobre la economía está recuperando los niveles anteriores a la recesión.

Parlamento de Cataluña

Este blog forma parte de una serie sobre las implicaciones políticas internas y los ecos internacionales de la apuesta independentista en Cataluña. La serie es una colaboración entre el Centro de Cambio Constitucional y el Instituto de Federalismo Comparado de EURAC Research en Bolzano/Bozen, Italia.

Los científicos sociales han comparado a menudo Canadá y España a partir de sus movimientos nacionalistas. Por lo tanto, no es de extrañar que los medios de comunicación impresos canadienses siguieran con bastante atención el proceso de autodeterminación catalán. Tampoco es de extrañar que la cobertura haya sido especialmente estrecha en Québec. De hecho, ha habido importantes vínculos intelectuales (y políticos) entre Québec y Cataluña al menos desde los años 90. Cataluña ocupa un lugar especial en el universo comparativo de las naciones minoritarias para la élite intelectual y política francófona de Québec. El nacionalismo catalán, históricamente moderado y que expresa las reivindicaciones de autodeterminación de una comunidad territorial culturalmente diferenciada, ha sido considerado como una buena referencia para los partidos quebequenses, especialmente los que buscan formalmente la independencia de la provincia, como el Parti Québécois (PQ) y el Bloc Québécois (BQ) (que actúa a nivel federal). Además, Cataluña ha sido considerada un excelente socio para la paradiplomacia quebequense (mucho más que el País Vasco, cuyo historial de violencia política ha desanimado a los políticos quebequenses).

Referéndum de Cataluña

Las recientes tensiones entre el secesionismo catalán y el Estado central español estallaron durante la profunda recesión económica que afectó a los países del sur de Europa en torno a 2010. El rápido crecimiento de un movimiento secesionista que exigía una votación inmediata para la autodeterminación se convirtió en un conflicto político importante cuando el Gobierno regional decidió liderar las reivindicaciones para lograr la secesión utilizando los dispositivos previstos en el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Se han utilizado diferentes análisis para entender dicho desafío: desde comparaciones sobre las desigualdades económicas y fiscales entre las regiones españolas hasta descripciones de la percepción de abandono o maltrato por parte del Estado central. También se han aplicado modelos estratégicos para prever escenarios plausibles para el conflicto en curso. A pesar de sus virtudes, estos intentos no han sido capaces de explicar la brusquedad del secesionismo y no han logrado identificar los desencadenantes que convirtieron una tensión antigua pero convivencial en un choque potencialmente dañino entre vecinos. Aquí presento datos que apuntan a dos factores psicológicos que han desempeñado un papel importante en la creciente ola de demandas de autodeterminación: La persuasión intensiva por parte de los medios de comunicación locales y la continua presión social a través de la monopolización del espacio público con símbolos secesionistas. Si la presente descripción es correcta, la reciente campaña secesionista en Cataluña será recordada como un ejemplo de adoctrinamiento de masas e intimidación social en un contexto democrático.