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Aun no sabes que estudiar

Para siempre

Estudiar para los exámenes y las pruebas empieza mucho antes de que sepas que vas a tener un examen. Las buenas técnicas de estudio empiezan en clase, cuando tomas apuntes. Tomar apuntes es una forma de recordar lo que te han enseñado o lo que has leído.

Mantén tus apuntes organizados por asignaturas y asegúrate de que son fáciles de leer y repasar. Esto puede significar que necesites volver a copiar algunos apuntes en casa o durante un periodo libre, mientras la clase aún está fresca en tu mente.

Si es lunes y tienes tres exámenes el viernes, calcula cuánto tiempo necesitas para estudiar de aquí a entonces. A continuación, calcula cuánto tiempo te llevará cada tema. Por ejemplo, un examen semanal de verbos en español probablemente no será tan intenso como un gran examen de historia. Así que no necesitarás reservar tanto tiempo de estudio para el examen de español, y si lo fraccionas en una pequeña cantidad cada noche, aún mejor.

Otra técnica de estudio se llama «fragmentación», es decir, dividir los temas grandes en partes. Digamos que tienes un examen de Historia sobre la Segunda Guerra Mundial. En lugar de pensar en estudiar toda la Segunda Guerra Mundial (lo que podría abrumar incluso a un experto), intenta dividir tus sesiones de estudio en trozos de 2 años o estudiar el material por batallas específicas.

Fórmula

Los estudios han demostrado que los estudiantes que se examinan con regularidad realmente aprenden más contenidos y los retienen durante más tiempo que los estudiantes que no se han examinado. Una gran noticia para los exámenes finales.  Incluso se ha demostrado que los exámenes frecuentes ayudan a disminuir la ansiedad ante los exámenes.

Cuando se trata de aprender, un estudio de 2013 demostró que los exámenes de práctica funcionan MEJOR que simplemente subrayar o releer tus apuntes. Así que convierte tus apuntes en flashcards o utiliza una aplicación de flashcards para memorizar vocabulario en español. Pide a tus amigos que te examinen o escribe tu propio examen de práctica.

Esboza tus redacciones con antelación. Para los exámenes de matemáticas, practica un montón de problemas similares a los que SABES que van a aparecer. Haz una lista de las preguntas que crees que pueden aparecer en el examen (y asegúrate de que puedes responderlas).

Si tienes un examen dentro de una semana, estudiar un poco cada día te ayudará a identificar de antemano los conceptos difíciles o las áreas débiles de tus conocimientos. ¿No te aclaras con la factorización? Entra en Ayuda con los deberes y resuelve tus dudas.

Las distracciones dificultan la atención a lo que estás haciendo, lo que a su vez dificulta la memorización de datos. Para ayudarte, apaga las notificaciones del móvil, bloquea temporalmente tus páginas web favoritas o ponte música instrumental mientras estudias (para no tener la tentación de cantar). Tomarte un descanso cada 45 minutos también te ayudará a mantener la concentración.

Aún no sabes mi nombre

¿Alguna vez has tenido la sensación de que tus hábitos de estudio no dan la talla? ¿Te preguntas qué podrías hacer para rendir mejor en clase y en los exámenes? Muchos estudiantes se dan cuenta de que sus hábitos de estudio en el instituto no son muy eficaces en la universidad. Es comprensible, ya que la universidad es muy diferente del instituto. Los profesores se implican menos personalmente, las clases son más numerosas, los exámenes valen más, la lectura es más intensa y las clases son mucho más rigurosas. Eso no significa que haya algo malo en ti; sólo significa que necesitas aprender algunas técnicas de estudio más eficaces. Afortunadamente, existen muchas estrategias de estudio activas y efectivas que han demostrado su eficacia en las clases universitarias.

Este folleto ofrece varios consejos para estudiar con eficacia. Poner en práctica estos consejos en tu rutina de estudio habitual te ayudará a aprender el material del curso de forma eficiente y eficaz. Experimenta con ellos y encuentra algunos que te funcionen.

Limitarse a leer y releer textos o apuntes no es implicarse activamente en el material. Es simplemente releer tus apuntes. Limitarse a «hacer» las lecturas de clase no es estudiar. Es simplemente hacer la lectura para la clase. La relectura conduce al olvido rápido.

Deberías verme i

Si no aprendes a lidiar con las experiencias negativas que te molestan durante tu aprendizaje de idiomas, nunca aprenderás una nueva lengua. Puede que sigas intentándolo, pero volverá a ocurrir lo mismo una y otra vez.

Casi todas las sesiones de estudio de idiomas que he tenido han sido algo dolorosas -soy un tipo perezoso por naturaleza y con poca paciencia-, pero poco a poco aprendí a gestionarlas y a aplicar antídotos específicos contra las emociones perturbadoras.

Sabes que si no estudias, tus posibilidades de sentirte bien en Pekín se verán seriamente mermadas. Piensa en la vergüenza que sentirías si tuvieras que volver a casa antes de tiempo porque añoras tu hogar. Es más fácil estudiar mucho que tener una experiencia así.

Si te sientes frustrado o abrumado durante una sesión de estudio, es difícil que te quedes sentado si te quedan dos horas más. Sin embargo, si sólo te quedan 15 minutos hasta el próximo descanso, de repente el mundo parece mucho más brillante.

Estás dolido, en un estado negativo. No es el momento de evaluarte ni de evaluar tus progresos en el aprendizaje de idiomas. No te exijas mejorar en esta sesión. Simplemente complétala. Ese es tu objetivo. Sigue así hasta que se te acabe el tiempo.